miércoles, 24 de febrero de 2010

YoGa con niños

Nos pudiera parecer extraño pensar que los niños son capaces de hacer yoga, en realidad los niños viven la Yoga, los niños nos enseñan a los adultos a estar conectados con la energía universal, sentirse parte del mundo y del universo mismo.
Es importante retomar toda esa capacidad para expandirla, proyectarla a su vida y entorno cotidiano. Los niños son flexibles por naturaleza, ya que la rigidéz la vamos adquiriendo a través del tiempo y los años, por las limitaciones y miedos que nos van nublando la vida y estrechando el camino. Hay que tomar en cuenta por supuesto cada entorno, hay niños que tendrán necesidades distintas, en una casa hogar niños que han sufrido y maltrato tienen necesidades diferentes, a las de un niño que no ha tenido esas vivencias, lo que tienen en común es un corazón lleno de fuerza y energía, y una mente amplia, lo interesante es despertar lo que todos llevamos dentro...el querer estar mejor. Se ha demostrado que los niños tienen la glándula pituitaria blanda, y los adultos la tenemos dura. Lo que demuestra como es la edad en la que se pueden llevar a cabo cambios maravillosos. En caso de una enfermedad terminal como el cáncer, han surgido casos en que los niños se curan, através de ejercicios de meditación, imaginación y visualización. Un caso particular en el que el niño que sufría cáncer, imaginaba que sus células enfermas eran acabadas por un arma fulminante, cual juego de video, y el resultado fué la sanación.
Mi servicio social era dar terapias corporales (masajes) llegue causalmente a una casa hogar en donde se encuentran niños que han sufrido de abuso y abandono, cómo dar masaje a esos niños?, no podría haber intentado algo tan invasivo y traumante, ya que la sensación no sería buena para ellos, y pensé empecémos a trabajar con yoga, y el resultado fué maravilloso, recuperar la autoconfianza, y seguridad a través de movimientos, juegos, risa y meditacion. Cabe mencionar que unas de las primeras clases fué meditación, no había antes dirigido una, y mi querida Vanessa en ese entoences de 10 años entró en una meditación de una hora, dando como resultado una autoconfianza en sí misma inigualable, su semblante cambió, y el trato corporal también me abrazaba al verme y al despedirse, algo que me llenó de gozo y alegría.
Lo mágico tiene que ver con ayudar a los niños a cambiar sus patrones no sólo de conducta, sino de pensamiento, me di cuenta que a estos niños se les ofrecía la oportunidad de ayudar a otros, para que no crecieran con la mentalidad de ser víctimas, o seguir patrones de sus padres a familiares quienes abusaron de ellos o los abandonaron. Es tiempo de entender nuestra responsabilidad de ayuda, empezando por nosotros mismos, expandiendo nuestros horizontes para poder entender el de los demás, y que mejor que sea con los niños, de los que tenemos mucho que aprender y sobre todo compartir.
Namasté

Por Carpe Diem
vivirenequilibrio@gmail.com

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