"Fundamentalmente existe sólo espacio abierto ... Antes de la creación
del ego,nuestro estado mental básico es la sinceridad, la libertad,
esa cualidad espaciosa; esa sinceridad que tenemos ahora y que
siempre hemos tenido"
CHÖGYAM TRUNGPA
Por su propia naturaleza, el espacio es sagrado. Los budistas
hablan del estado de iluminación como de un espacio infinito.
El espacio nos permite darnos la libertad de explorar quiénes
somos realmente. Los espacios abiertos – las praderas, las playas,
las montañas, los desiertos – son sagrados en su belleza natural y
en su conexión directa con el Creador. El espacio exterior
– el universo infinito – es un milagro insondable, el testamento
para una existencia más allá del tiempo. Los ángeles respetan el
espacio y están seguros de que nos dejan el suficiente para que
hagamos nuestros propios descubrimientos y crezcamos a nuestro
ritmo. Quieren que volvamos a reflexionar sobre nuestro concepto
del espacio, no como una mera habitación que rellenar o una grieta
que tapar, sino como una oportunidad sagrada para estar más cerca
de nuestro espíritu.
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